sábado, 22 de marzo de 2008

Aprendizaje

Con el tiempo aprendés la sutil difrencia entre tomar una mano y encadenar un alma; aprendés que amar no es apoyarse en alguien y compañía no siempre significa seguridad. Y empezás a aprender que los besos no son contratos, ni los regalos, promesas. Y empezás a aceptar tus derrotas con la frente alta y la mirada al frente, con la gracia de una mujer, no con el dolor de una criatura. Y aprendés a construir todos tus caminos en el presente, porque el terreno del mañana es demasiado incierto para hacer planes y los futuros tienden a caerse en mitad del vuelo. Con el tiempo aprendés que hasta la luz del sol quema si te exponés demasiado a ella. Entonces sembrás tu propio jardín y decorás tu alma, en lugar de esperar que alguien te traiga flores. Y aprendés que en realidad puedes resistir, que sos fuerte de verdad, que valés de verdad, y aprendés, y aprendés... con cada adiós, aprendés

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